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"Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos..."
El Derecho se muestra como Norma de convivencia, instrumento pacificador de los conflictos entre los hombres, gracias a él, por resumir: cada uno sabe lo que es suyo, lo que debe y puede exigir a los demás y lo que los demás le pueden exigir, evitando la guerra del todos contra todos. Pero esta norma de convivencia requiere de una organización, un Estado, un poder efectivo que la cree, la aplique, y si es necesario, la imponga.
Pero que exista Derecho no significa que este sea necesariamente Justo. Para alcanzar la Justicia, este Derecho deberá respetar la idea Justicia. Platón consideraba que sólo podría alcanzarse si se llegaba al conocimiento de las esencias del Bien y la Justicia, pues solo de esa forma se podría conducir rectamente a uno mismo y a la sociedad. Es por ello que sólo confiaba en el Filósofo para concederle el “timón” del Estado, pues solo él podía gobernar bajo la luz de la esencia de lo bueno, lo bello y lo justo. Y en este mismo sentido, los Iusnaturalistas afirmaron que el Derecho, para ser un auténtico Derecho (Justo), debía respetar unos principios éticos básicos, comunes e iguales para todos. Ahora estas teorías las retomamos para poder fundamentar la defensa de los Derechos Humanos, cuyo respeto es requisito sine qua non para poder hablar de Justicia.
Salvando las diferencias, en los tres casos podemos observar un denominador común, pues en todos ellos se admite la existencia de una “Idea” o “Presupuesto inalienable” que debe inspirar la sociedad Justa. Pero esta idea no es sólo accesible a unos pocos, como afirmaba Platón. A todos nos repugnan ciertas actuaciones, cualquiera que sea nuestra formación, origen o cultura y es el obrar conforme a esta norma que nadie nos ha enseñado, pero que todos conocemos, porque forma parte de la propia naturaleza humana, lo que nos permitirá afirmar que vivimos en una sociedad Justa.
La Idea de Justicia de Platón coincidiría con la idea de Derecho Natural y con el respeto Universal de los Derechos Humanos, pues ambos parten de la base de que hay ciertas verdades universales, únicas, comunes, iguales para todos, con independencia del lugar y la cultura, verdades que son consecuencia del reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana. Pero mientras que Platón entiende que sólo puede accederse a dicha Idea a través de la reflexión filosófica y sólo unos pocos privilegiados, después de haberla contemplado, podrán gobernar el Estado, la historia ha demostrado que basta con una mínima empatía para saber que esa Idea existe, aunque es cierto que no todos son capaces de respetarla.
A continuación adjunto una presentación power point en la que a partir de la diapositiva 10, encontraréis esquemas relacionados con el tema abordado.