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LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN: EL CUARTO PODER
En la sociedad actual negar la trascendencia de los medios de comunicación masiva es un acto de insensatez. Los medios de comunicación son un vehículo de control que conducen a la sociedad por el camino de la ignorancia y de la comodidad, vía invadida por opiniones, prejuicios y falsas creencias e informaciones. En el contexto de la alegoría de la caverna de Platón, cuyo objetivo es manifestar el estado en que se halla la educación en la naturaleza, la sociedad actual está representada por los prisioneros del interior de la caverna, que viven en el error. Puesto que toman por real y verdadero lo que son simples ecos de voces y sombras de objetos fabricados. La humanidad es esclava y prisionera de su ignorancia, habita en el engaño, aunque lo ignora.
La población del Primer Mundo se jacta de constituir una sociedad libre, es decir, una sociedad hipócrita de aparente libertad, puesto que es educada por un cocktail de información, camuflaje, sugestión y embuste: los medios de comunicación, a quién se le otorga una cierta vía libre para el manejo de la mentira y de las falsas informaciones. Éstos influencian de una manera exacerbada las opiniones, los pensamientos y las decisiones de las personas, orientan su conducta y sus actuaciones, convirtiendo a los individuos en meras marionetas manipuladas por directivos televisivos, de radio y de prensa escrita, que son corrompidos por líderes y partidos políticos (representados por los porteadores, en la alegoría de la caverna de Platón). Éstos muestran un gran interés en gobernar una sociedad confusa, falta de valores y de criterios, manipulable. Cabe destacar que la publicidad es un método muy utilizado en lo medios para persuadir y convencer al receptor del mensaje, puesto que crea estereotipos y modelos de conducta que gobiernan la sociedad, como el ideal de la belleza en la delgadez extrema o el hallazgo de la felicidad en el consumo de un bien determinado. El conocimiento no se obtiene ya en las profundidades de la cultura escrita, sino en las superficies del plano audiovisual, es un conocimiento marcado por la superficialidad reflejada en pantallas, impactos y golpes de vista, identificable con el muro en el que se proyectan las sombras que toman por reales los prisioneros.
Últimamente se habla de la sociedad de la información y de la comunicación, aunque un título más idóneo podría ser sociedad de la confusión y del desconocimiento. La tupida red de comunicaciones que rodea la sociedad simula una alta circulación de información mientras que disimula su escasa eficiencia, además la potente red de comunicación es en sí causa de confusión, plagada de mensajes falsos y contradictorios. Nunca como ahora conocer ha sido distinguir, y para ello es necesario el criterio. La sociedad necesita un Sócrates, capaz de salir de este guirigay comunicativo, que regrese a la caverna en la que se encuentra y la eduque, a través de un largo y costoso proceso, lleno de obstáculos, convirtiéndola en una sociedad crítica e inmanipulable.
Irene Villanueva Pérez