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VACAS, SÍMBOLO DE TODO LO VIVO
El autor analiza el comportamiento de los hindúes que veneran a las vacas, a las que consideran símbolo de todo lo vivo. Así, afirma que no hay mayor sacrilegio para un hindú que matar a una vaca. De esta forma, parece absurdo que poseyendo tales fuentes de nutrientes la población hindú rehúse comerlas, y consecuentemente se muera de hambre. El autor muestra una posible explicación por lo que respeta a esta costumbre, asociando tal comportamiento a la importancia que representa la vaca cebú en la sociedad hindú. La función de la cual no es únicamente dar leche, ya que da poca, sino que además engendra bueyes que son empleados para arar los campos, transportar las mercancías y que por tanto, favorecen la supervivencia de los campesinos. Estas vacas también son útiles por el estiércol que producen, el cual emplean los campesinos como combustible, abono de campos y recubrimiento de los suelos. Además de esta función, tales vacas son las responsables de devorar los desperdicios de la ciudad, de tal forma que no suponen unos competidores de recursos alimenticios para la especie humana. Por tanto, se concluye que el amor a las vacas de la sociedad hindú activa la capacidad de los seres humanos para mantenerse en un ecosistema con bajo consumo de energía.